lunes, 23 de enero de 2012

la escuela que queremos por Tonucci



La escuela que quieren los niños

Creo que este punto se resume con un comentario muy importante que realiza Tonucci: “La escuela que necesitan los niños es la que más se parece a la que ellos quieren”. Porque al preguntar a esos niños y niñas directamente sobre el tipo de escuela que les gustaría nos cuentan que:
  • Les gustaría una escuela en la que tuvieran árboles frutales en el patio.

  • Una escuela en la que practicaran mucho más en los laboratorios y talleres.

  • Escuelas en las que realizaran muchas visitas culturales donde aprender sobre la marcha, practicar sobre su propia autonomía y vivir experiencias nuevas al lado de sus compañeros.

  • Una escuela en la que las maestras y maestros les trataran de forma cariñosa y por lo tanto respetuosa (sobretodo sin gritos).

  • Un lugar donde tener tiempo para hablar con sus compañeros, las jornadas fueran más flexibles en cuanto al horario y en el que pudieran elegir qué contenidos estudiar.

  • La escuela que necesitan los niños según Francesco Tonucci

    Llegados a este punto en el que los niños explican qué escuela necesitan, Francesco Tonucci nos expone sin reparos que a sus explicaciones no les falta argumentos, ni razón.
    Los niños hablan de que los horarios son agotadores, no tienen tiempo de hablar con amigos, llegan a casa después de jornadas agotadoras en las que pasan en la escuela de 5 a 9 horas diarias y eso ocurre los cinco días de la semana, mes tras mes, año tras año.
    Nuestros hijos tienen derechos. Unos derechos firmados en la convención de los derechos del niño que en nuestro país tienen una legalidad total y vigente. Tonucci cuenta que exactamente en los artículos 28 en el que indican que los niños deben de ser instruidos. Pero también en el artículo 31 de la convención que se dedica al derecho que tienen los niños al juego.
    Si descontamos las horas de sueño de nuestros niños, les sumamos las horas de clase y les añadimos las horas de deberes, dudo mucho que les quede mucho tiempo para el juego. Un juego tan necesario y vital como otros aspectos de su educación. Un juego que según nos pone en evidencia Tonucci es relegado a un tercer plano.
    Además Francesco Tonucci cree que las escuelas deben de ser lugares tan cálidos como los hogares. No debemos dejar que las escuelas sean lugares fríos y arcaicos porque este hecho no beneficia para nada a nuestro hijos.
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    Llegados a este punto, el experto pone un especial énfasis en el ámbito de excelencia, en las capacidades individuales de los niños. Este punto es el que me parece más importante y el que debemos entender tanto padres, como educadores.
    Todos los niños, todas las personas, somos completamente distintas, únicas y especiales. No podemos pretender que todos los niños se apasionen por las mismas cosas. La escuela debe de utilizar la capacidad de experimentación con talleres, con actividades variadas, aprendiendo e impartiendo sobre lenguajes corporales, formales, expresivos, abstractos… y conseguir así dar a cada uno de los niños y niñas la capacidad de desarrollar ese don que seguro que cada pequeño y pequeña aguarda adentro de si mismo. Y afirma que esa diversidad es la ventaja de la escuela pública sobre los demás tipos de educación.
    Tonucci habla de una escuela en la que los niños tal y como nos dice el artículo 12 de la convención de los derechos de los niños puedan dar su opinión. En este caso hablar sobre los temarios a realizar. Seguir el camino que realizan ya algunos centros en el que el Consejo de alumnos participa activamente en las decisiones de las escuelas.

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